domingo, 16 de septiembre de 2012


No quedan billetes de ida y vuelta. 
Los higos,  picoteados por los pájaros 
han llenado los caminos de moscas, 
con ese olor dulzón de la fruta adulta. 
El polvo fino de los senderos sigue 
manchando los frágiles tallos de los 
arbustos,  a media altura, 
con el paso rápido de los coches 
-me apena esa invasión del verde 
empobrecido por tantas ruedas- 
Ha llegado el domingo con el estallido 
de la ensordecedora cigarra,  que no deja 
escuchar el mar,  ni dentro del agua. 
En el paseo,  ellos y ellas se visten de limpio, 
¿por qué no hacerlo el lunes,  o el viernes 
o el jueves de cada semana? 
Son los mismos que van con sandalias 
y pantalones cubanos,  que hoy se ponen 
trajes y vestidos de lino. 
No lo entiendo.  Me sumerjo en el agua. 
Pienso, ‘son costumbres,  son costumbres’. 
El mundo está lleno de pautas, 
de prácticas,  y la distancia es precisa 
hacerla cercanía con una sencilla sonrisa. 



Nená de la Torriente