viernes, 14 de septiembre de 2012


Detrás del tiempo no queda tiempo, 
sólo un vacío de huesos que dejaron 
de ser blancos. 
El olor,  irrespirable, azulea el reflejo 
de todas las cosas perdidas 
que pasan delante de nuestros ojos. 
No nos duele,  nos asusta encontrarnos 
entre lo perdido,  y no saber  
cómo llamarnos. 
¡Nosotros que tuvimos un lugar y 
un espacio en el tiempo! 
¡Nosotros que creímos amar y ser amados! 
N o s o t r o s, 
¡nos quedamos sin tiempo y ahora 
en la tenue sin luz del vacío, 
qué balance,  qué cómputo nos queda! 



Nená de la Torriente