martes, 18 de septiembre de 2012


Refléjame en tu cintura 
como una nostalgia 
de aquellas cosas halladas 
a destiempo. 
Rodearé tu contorno hasta 
anidar en tu ombligo, 
osadamente,  como eran antes 
aquellas verbenas al atardecer. 
Échame de menos, mucho, 
como el sol echa de menos 
encontrarse con la luna por 
un instante. 
Busca ese roce cómplice, 
casi a oscuras,  que ilumine tu cielo 
de bengalas,  postas,  luminarias, 
y te puedas ver en mis ojos 
como el único ser humano 
capaz de abarcarme. 




Nená de la Torriente