domingo, 2 de septiembre de 2012


Si no me ves 
no tengas miedo, 
me oculto dentro de la lágrima 
para ser invisible. 
El dolor siempre es de uno, 
pertinaz e inalienable. 
No pienses que me he ido, 
ni que he cruzado los cinco 
continentes en busca 
de lo más efímero, 
para poder besarlo 
antes de que expire. 
Ojala las personas fuéramos 
como los árboles, 
mudas por dentro y 
crecidas en verde por fuera, 
todo tránsito,  frutos,  otoños, 
inviernos,  ciclos bulliciosos. 
Volcanes de color interminable 
que se asuman contenidos en otros. 
No pongamos nombres a las cosas 
que luego no las entiendo, 
la vida,  el dolor,  el amor o la muerte, 
son demasiados conceptos. 

 -Me dijiste:
¿Qué es para ti un poema?
Te contesté que no es un diario
de lo íntimo,
que es un conjunto de versos
a una emoción sujeta-
                                                                                                                          









Nená de la Torriente

2 comentarios:

  1. pues te lleva la vida el silencio
    déjame ser un poco frágil continente
    que acaricie el dolor de tu lágrima
    oler tu savia en la orilla
    disfrutar el color de tu volcán sin nombre
    la fuerza que me das
    tu emoción conmueve mi diario

    quiero ser cómplice de una niña rubia
    jugar con ella el juego más hermoso
    compartir con guiño su mirada
    ajeno a un mundo de palabras
    y al final de la tarde
    abrazarte que conmueva tus adentros
    y si me dejas
    tirarte un beso con la mano

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  2. Acepto.
    Un cómplice siempre es un regalo del cielo.
    Beso,

    Nená

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