-La
otra costa- -Dedicado a JM C.C.-
Negar que el pulso
fatal de tu muñeca no me duele, es abofetear a los ángeles, como que una sola boca pase hambre y el cuerpo
de un niño no tenga cobijo.
Lo que ocupo es
tan poco que por eso lloro, y de nada sirven
mis lágrimas, absolutamente de nada. Es la impotencia de no entender la injusticia entre
tanto corazón amante, y lo inútil de
tanto amor en esas boquitas resecas y sus panzas
abombadas de aire. El primer mundo
recolecta dinero ¡y les compran zapatos! ¿No entienden que quieren ir
descalzos?
Y suman más capitales
y ¡les construyen albergues! ¡Hospitales! ¿No entienden que les gustan sus
chozas y cuando se marchan hacen desguace de aquellos hospitales?, ¡y ni les caben las piezas en las chozas! -esas enormes camas...-
¿Se han preguntado
qué quieren ellos? Si lo hacen se sorprenderían, seguro que se sorprenderían.
No se puede
reconstruir un mundo allí, pensado desde aquí, es absurdo.
Hemos aprendido
muchos idiomas, tantos, que aún no sabemos comunicarnos.
Nená de la Torriente
el Sur es otra cosa
ResponderEliminarsi te invita su desierto
si te acoge en su jaima
si te abre su corazón
que el norte ha roto
te enseñan
la lección de la mirada
te duelen las entrañas
tus miserias
Quizá sea porque la mirada es desde la misma herencia, desde la misma cultura de siglos. Pero Rafael, si te duele la entraña que no te dinamite dentro, cuéntalo, recuérdanos
ResponderEliminarque somos seres humanos a todos, regálanos.
Besote,
Nená
Nunca he entendido el sur, lo prometo,
ResponderEliminary nunca he sabido buscar culpables.
Las cosas en su extraña sencillez
tendemos a complicarlas
-la primera yo-,
y damos vueltas de peonza para aligerar
valijas de jurisdicciones.
Siendo mi padre andaluz, ni siquiera
tiró de mí ese atavismo encarnado,
ni saber bailar sevillanas,
ni aquel traje de lunares y la luna por herencia.
Mi sentimiento está con el frío
de las cubres más al norte del mismo norte
allí donde la cortina se echa
hasta para saludar a un anciano,
aunque pueda escribir lo más íntimo
en cinco renglones
-nunca será lo más íntimo-
El sur es Manuel Machado para mí,
como el norte lo es Antonio.
Ya sé que son criterios personales
que el verso recoge muriéndose de risa,
pero yo me acojo a su embajada,
como una niña a su columpio
jugando a no despertarme nunca.
Nená
Es la prepotencia del rico hacia el pobre, del norte hacia el sur, que cree saberlo todo, hasta lo que no sabe. Y que no se preocupa por el sentir del otro...
ResponderEliminarYo soy norteña, y si eso supone tener que aceptar prepotencia según tu opinión, no opino lo mismo. Cuando hablo de sentires es de forma de 'sentir' la vida, no de creer saberlo todo. Yo soy la primera ignorante, y me preocupa el sentir del otro, Creo que soy valiente y por eso lo digo, que ignoro la forma de sentir el sur, es muy intensa, se me escapa, no sé abarcarla coeli. En esta ocasión no hablaba de ricos y pobres. Quizá Rafael sí.
ResponderEliminarPero nunca haría divisiones del mundo tan radicales, norte/sur, no creo que sirvan de mucho, es buscar culpables no soluciones.
Besucos,
Nená