sábado, 1 de septiembre de 2012


-La otra costa-                        -Dedicado a JM C.C.-

Negar que el pulso fatal de tu muñeca no me duele, es abofetear a los ángeles,  como que una sola boca pase hambre y el cuerpo de un niño no tenga cobijo.
Lo que ocupo es tan poco que por eso lloro,  y de nada sirven mis lágrimas,  absolutamente de nada.  Es la impotencia de no entender la injusticia entre tanto corazón amante,  y lo inútil de tanto amor en esas boquitas resecas y sus panzas abombadas de aire.  El primer mundo recolecta dinero ¡y les compran zapatos! ¿No entienden que quieren ir descalzos?
Y suman más capitales y ¡les construyen albergues! ¡Hospitales! ¿No entienden que les gustan sus chozas y cuando se marchan hacen desguace de aquellos hospitales?,  ¡y ni les caben las piezas en las chozas! -esas enormes camas...-
¿Se han preguntado qué quieren ellos? Si lo hacen se sorprenderían,  seguro que se sorprenderían.
No se puede reconstruir un mundo allí,  pensado desde aquí,  es absurdo.
Hemos aprendido muchos idiomas,  tantos,  que aún no sabemos comunicarnos.



Nená de la Torriente

5 comentarios:

  1. el Sur es otra cosa
    si te invita su desierto
    si te acoge en su jaima
    si te abre su corazón
    que el norte ha roto
    te enseñan
    la lección de la mirada
    te duelen las entrañas
    tus miserias

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  2. Quizá sea porque la mirada es desde la misma herencia, desde la misma cultura de siglos. Pero Rafael, si te duele la entraña que no te dinamite dentro, cuéntalo, recuérdanos
    que somos seres humanos a todos, regálanos.
    Besote,

    Nená

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  3. Nunca he entendido el sur, lo prometo,
    y nunca he sabido buscar culpables.
    Las cosas en su extraña sencillez
    tendemos a complicarlas
    -la primera yo-,
    y damos vueltas de peonza para aligerar
    valijas de jurisdicciones.
    Siendo mi padre andaluz, ni siquiera
    tiró de mí ese atavismo encarnado,
    ni saber bailar sevillanas,
    ni aquel traje de lunares y la luna por herencia.
    Mi sentimiento está con el frío
    de las cubres más al norte del mismo norte
    allí donde la cortina se echa
    hasta para saludar a un anciano,
    aunque pueda escribir lo más íntimo
    en cinco renglones
    -nunca será lo más íntimo-
    El sur es Manuel Machado para mí,
    como el norte lo es Antonio.
    Ya sé que son criterios personales
    que el verso recoge muriéndose de risa,
    pero yo me acojo a su embajada,
    como una niña a su columpio
    jugando a no despertarme nunca.



    Nená

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  4. Es la prepotencia del rico hacia el pobre, del norte hacia el sur, que cree saberlo todo, hasta lo que no sabe. Y que no se preocupa por el sentir del otro...

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  5. Yo soy norteña, y si eso supone tener que aceptar prepotencia según tu opinión, no opino lo mismo. Cuando hablo de sentires es de forma de 'sentir' la vida, no de creer saberlo todo. Yo soy la primera ignorante, y me preocupa el sentir del otro, Creo que soy valiente y por eso lo digo, que ignoro la forma de sentir el sur, es muy intensa, se me escapa, no sé abarcarla coeli. En esta ocasión no hablaba de ricos y pobres. Quizá Rafael sí.
    Pero nunca haría divisiones del mundo tan radicales, norte/sur, no creo que sirvan de mucho, es buscar culpables no soluciones.
    Besucos,

    Nená

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