No
hay mayor conquista
que
la de tu propio corazón.
Podrán
decirnos que con nuestras dos manos ocuparemos
la
tierra, y un poco más allá la casa,
un
huerto, el fuego, la armonía del tiempo.
El
difícil y complicado corazón del ser que se quiere,
raptado
a volandas o cautivado lentamente.
El
control de pulso, del jadeo, incluso el de
la voluntad.
Ocuparemos
las medidas, invadiremos los sueños
con
deseos presentes y ocultos, con piezas cotidianas;
pero
no podremos someter nuestro
propio
sentimiento
porque
siempre nos derroca,
mucho antes de que podamos exiliarlo.
mucho antes de que podamos exiliarlo.
Nená de la Torriente