Me gustan las comidas en el campo, 

extender un mantel y comer tortilla de patatas 

con pimientos,  con una buena bota de vino. 

Hace siglos que no lo hago. 

Cuando era niña creía

que eso lo había inventado mi abuelo,

como que el aceite de oliva era una marca 

que sólo usaba mi madre. 

Las perspectivas nos dan un mundo 

visto por el agujero del cartón 

de un rollo de cocina, 

que si lo vas cortando en ángulos, 

aprecias muchos más espacios. 

Sé que la amargura de las cosas 

que nos han pasado no nos sirve, 

hay que darle pasaporte, 

es contagiosa.  

Como sé lo fácil que es 

sacarse el limón de los labios 

y hacer sentir la vida mucho 

más cómoda

y venturosa a los demás. 

Nená de la Torriente