Sabes
inaugurar la noche
con
un sol cegador, y
regalas
verbos y adjetivos
a
un alma abrumada,
que
sólo desea la muerte del cuerpo
para
liberarse de su carga.
Tan
larga tienes la mano
y
eres incapaz de ser feliz.
Te
he visto abrir el océano
de
sur a norte,
y
en la arena del fondo marino
plantar
rosales, claveles,
violetas
africanas, hasta el aroma
del romero hacerlo subir
burbujeando
entre ola y ola,
y
eres incapaz de ser feliz.
Un
grito tuyo es melodía,
una
arquitectura perfecta,
línea, esfera, lunar exacto,
y
eres incapaz de ser feliz.
Nená de la Torriente