domingo, 16 de septiembre de 2012



Vagabundo de tierra húmeda, 
de sol pálido,  de verso triste. 
No es tuyo el verso ni la tierra 
pero te nombras a ti en él 
que ni siquiera lo habitas. 
Conozco tus pies descalzos, 
tu mirada de cerilla, 
porque uso ese mismo no calzado 
y aprendí a mirar lo que no perdura. 
Aléjate de la pena,  no la escuches, 
cuando vuelva,  di que te has ido, 
que no recuerdas tu nombre, 
que no tuviste nunca apellidos; 
que la vida te ha empujado 
hasta alguna linde imprecisa. 


Nená de la Torriente