Ya
se construye el verso desnudo
cuando
se fueron los pétalos.
Una
a una las letras
van
fijando
su
c
a
s
a
debajo
de la escalera.
A
veces encienden el flexo
cuando
se quedan a oscuras, y
llaman
al duende rastreador de palabras,
si
sienten la sombra de alguna.
No
las digo nada, paso cerca
como
quien ignora que están escondidas.
Todos
necesitamos un lugar donde
sentirnos
seguros,
y
vernos bajo techo.
Pero
en las noches sin luna
escucho
sus murmullos por toda la casa,
corren
con sus pequeños pies descalzos
hasta
llegar a mi cama,
se
acercan y me dan un beso en la mejilla.
Nená de la Torriente
¡Qué bonito!!!: me quito el sombrero.
ResponderEliminarMuchas gracias señorita coeli.
ResponderEliminarBeso, beso, beso,
Nená