que
el vuelo de la mosca no lleva razón alguna,
no
me hubiera pasado horas contemplando
su
acrobacia incesante buscando una lógica.
Del
mismo modo la vida planea sin lógica alguna,
entrelazando
hilos de una manera caprichosa.
A
unos les da por decir que es el destino, el azar,
el Caos, la madre de una Ciencia Superior difusa
-más bien confusa-,
y
yo me compro un chupachús de Coca-Cola
que
es el que más me gusta,
para
ver ese partido de pimpón que se echan
los cerebros laboriosos sobre el Big Bang del
mundo,
porque
debe de estar en constante y espléndido reventón.
Nená de la Torriente