jueves, 27 de septiembre de 2012


-Me siento bien y lo comparto.
No sé si porque ayer conocí a personas
que como yo gustan del abrazo,  o porque me llevé
una buena tanda de apretadísimos encuentros-








Libre disposición del alma que se dobla 
para hacer sitio al mimo, 
que si antes se expandía golosona, 
deja entrar oxígeno en su casa por cada hueco, 
escalera,  rendija o poro. 
Aliento cálido 
de bocas entre risas, 
sin que traigan el mendrugo 
fugaz de un momento. 
Porque de cada calor del segundero,  el alma aprisiona 
calorías para meses de frío, 
y más allá del puro gesto,  nos recuerda la brevedad 
de los cueros,  del color de los ojos,  de la tersura de las pieles, 
de que la vida es un puñado de alborozos y puñeteros. 

Que hoy estás,  y mañana sabe Dios. 




Nená de la Torriente