No
hagas el bobo.
No
te escondas detrás de ese pellejo
que
llamas coraza, ella no te defenderá
de
ti mismo cuando eclosiones
y
no sepas a dónde dirigirte,
ni
cómo mudar el gesto.
Deja
que te vaya lamiendo la luz
para
que cuando venga
lo que tenga que venir,
estés
algo más dispuesto.
No
busques, no te cubras.
Deja
salir tu sencillez sin estridencias,
porque
hasta lo sencillo tiene un término
y
un vallado invisible.
Nená de la Torriente