Si
suspendo este ir y venir a ciegas,
y
dejo de empapar mi cabello con
la
lluvia, sería como tú,
abstraído, crecido como la hierba
del
campo, siempre con objetivos,
con
diarios manchados de tinta
y
ojos gastados.
Si
dejo de girar sobre los talones
y
de columpiarme en mis pestañas,
sería
una mujer gris, como tú eres
un
hombre gris, siempre buscando
un
reconocimiento detrás de cada
palabra, de cada gesto, de cada voz,
unido
a una falsa humildad
que
realmente me lastima.
Si
dejase de ser yo
¿quién
te iba a entender a ti?
Nená de la Torriente