jueves, 6 de septiembre de 2012



En la alacena hay miel,  mermeladas, 
orujo de hierbas y licores, 
harina de almorta y pesto rojo, 
mi corazón en una tarro 
y un mazo de cartas. 
Por las mañanas,  cuando aún el 
sol no ha abierto los dos ojos, 
ya huele a pan en mi cocina, 
y el café invade cada esquina llamando 
a filas a los cuadros. 
Recuerdo cómo le gustaba a mi madre 
desayunar en la cama 
-y aún no lo comprendo-, 
aunque me encantaba verle la cara 
cuando le llevaba el desayuno y 
observar la parsimonia dulce de sus gestos. 
Las personas somos anónimos pasajeros 
en un tren de cercanías, 
cuanto más las observas 
más se destilan en ti. 
A unos los quieres al instante, 
casi con atropello,  a otros a trompicones 
con cierta dificultad, 
y a la mayoría más pronto que tarde 
como la cosa más natural del mundo. 




Nená de la Torriente 

2 comentarios:

  1. Není, eres una persona muy entrañable.

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  2. Así me ves tú, porque tienes ojos para ver el mundo de esa manera. Travieso, siempre niño pero inocente del todo, quizá algunos miren con ojos aviesos pero tú conservas la mirada de la tierra, la que juega a burlar el mundo, y por eso siempre serás mi amigo. Tú si que eres entrañable.
    Mi abrazo de oso,

    Nená

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