viernes, 28 de septiembre de 2012


-¿Quién eres tú? No importa-

Mídeme palmo a palmo 
como yo te mido,  con la voracidad 
de las fieras. 
Aquí,  allí no te detengas, 
deja que recupere la memoria, 
como ahora,  así,  sigue. 
La velocidad no existe, ni el tiempo, 
ni el margen del cuerpo y su extensión 
dudosa. 
El roce no es reyerta es continuo pellizco 
de hambre,  de mordisco codicioso. 
Suspendida la lengua,  la llama es una pira 
en su misterio ¿qué hay debajo? 
No preguntes. 
Acorrala mis piernas. 


Nená de la Torriente