-Algo
más-
Es
difícil anticiparse a lo que
la mañana gesta,
por
muchos hilos de nailon
que
te anudes al dedo.
Puedes
hacer lazos, atar cabos,
resolver
enigmas, hasta perder la fe.
En
el capullo, la mariposa se está haciendo,
su
cuerpo muda.
Tú, impaciente, esperas que el gusano
transforme
su cuerpo blando deprisa,
inútilmente
desgastas aliento,
rozas
suela de zapato, hablas, tropiezas,
parpadeas,
y
todo eso es la vida:
Esperar
un tren que sabes que llega,
irremediablemente.
Y
anotas algo turbado lo que ocurre
en
la estación
como
si fuera lo único verdadero
Nená de la Torriente
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