miércoles, 3 de octubre de 2012



Los ojos azules me asustan. 
No sé si es que la hondura de 
ese agua me adormece 
y temo zambullirme y olvidar, 
o acaso su expresión se me hace extraña, 
inhóspita,  fría como el agua fría 
del torrente en marzo. 
No sé porqué pero el azul es del cielo, 
del mar,  de mi vestido,  de mi cama 
o de mi ropa más íntima, 
pero de los ojos,  no. 
Los ojos azules me asustan, 
no llego al alma del que me mira 
si sus ojos son azules, 
por muy bellos,  bellísimos 
ojos azules que tenga. 



Nená de la Torriente