Dame
un beso,
date
prisa.
No
tardes en juntar tus labios
con
los míos.
Los
días son muy cortos y hablo
demasiado.
Corre, que el aire se está ocupando
de
cientos de aires sin amor.
Dame
un beso,
date
prisa.
Comparte
ese aliento templado
de
la maravilla,
el
que se asombra,
el
que se ríe y tararea
y
sigue jugando
en
todos los patios y
todas
las plazas.
Ese
que ufano enreda al sol en la lengua
y
hace que todos los amaneceres del planeta
confluyan
en sólo dos bocas.
Anda,
ven
y bésame ya.
Nená de la Torriente