viernes, 8 de marzo de 2013


Invéntame una casa de puerta abierta 
y sin cristal en la ventana. 
Invéntame un árbol que florezca 
en otoño, 
y llámalo primavera. 
Invéntame una luna que acune 
a un sol que nace 
buscando a su madre. 




Invéntame una vida que 
sea nuestra, 
a la que nominarla. 
Yo sacaré un papel de mi bolsillo 
y tú con un trozo de tea 
de la última hoguera, 
irás poniendo nombre 
a todas las cosas. 



Nená de la Torriente