domingo, 10 de marzo de 2013


Si te pruebas los zapatos de  barro 
la tierra te conquista. 
Mil estrellas fugaces harán que 
parpadees. 





Buscarás en la inmensa belleza del río 
un pocito en tus palmas, 
sólo para calmar la sed. 
El cuerpo de una mujer bella 
lo intuirás alma de arcilla y moldearás 
sus curvas con  barbotina, 
lentamente,  como un acto de amor. 
Las cordilleras,  la extensión de los valles, 
el prado anegado de lluvia,  el monte bajo, 
arisco,  como un hijo rebelde e insumiso, 
serán las cosas a las que des tu razón y 
tu nombre sobre el resto del mundo. 



Nená de la Torriente