-Pucheros-
¡Y
tú más
y
tú más
y
tú más!
Repetía
la creatura.
Que
a naide le gusta que le digan.
Y
el otro se encogía de hombros
y
decía:
¡Que
no soy tu enemigo!
Pero
es esa tortuosa manera de mirar
las
cosas, levantar la primera hoja
y
hacerse cruces.
Buscar
el matiz o matices
y
darle forma de escudo, yo no soy ese,
por
si cuela colando en una oreja
que
ya no escucha.
¡Ay!
Nená de la Torriente