En
la sábana azul que lame la tierra
no
hay misterio.
No
hay misterio en la ola reincidente
que
besa la arena.
Escúchame
mi gentil,
cuando
un gorrión está atrapado bajo
un
montón de hojas mojadas,
desea
salir, lucha por hacerlo.
La
mano del hombre puede rescatarlo.
El
gorrión teme más la mano del hombre
que
su propia liberación,
porque
es lo desconocido, un enigma
en
el suelo.
Pero
el hombre libera al gorrión y
éste
se ve volando lejos de su celda.
Los
enigmas, no están en la superficie
de
las cosas.
Las
verdaderas incógnitas están debajo de
esos
espacios visibles.
Nená de la Torriente