miércoles, 20 de marzo de 2013


Se usa la fugaz manera de morirse 
cuando lo salvaje nos alcanza, 
para sobrevivir un rato 
a la hondonada de mordiscos 
en la carne, de la brutalidad que 
los hombres propinan. 





Y más allá cuando su lengua es ascua, 
no  por decir verdades 
que considera oportunas y valientes, 
sino por herir hasta la médula 
con la villanía de la bestia. 
Yo no usaría la muerte para escapar de esto, 
pero comprendo que se use para 
alcanzar la paz un rato, 
de usarla la usaría para escapar de la vida 
con sus intervalos,  y volver del silencio 
purificada de nuevo. 


Nená de la Torriente