-HIPO del 26 de MARZO-
Lo
cierto es que os quiero,
a
ti, y a ti y a ti,
y
no puede importunaros eso.
No
os reclamo amor, sólo os sigo
el
paso y os pienso alegres,
aunque
cuando os intuyo con pena
me
siento atribulada,
pero
eso es cosa mía, tan mía
que
ni siquiera es vuestra.
Hay
personas odiosas francamente,
por
sus gestos anodinos y fraudulentos,
otras
tan indigestas que harían regoldar
a
la Cibeles si no fuera la diosa de la montaña
y
en sus hombros no llevase esa carga.
Otros, en su tierna desarmonía,
en
su lucha interna, son tan amorosos
que
les besaría hasta raptarles el nombre,
y
en mi hombro irían hasta mi jardín secreto
para
jugar conmigo a lo que juegan los niños
eternamente
–bueno eso se lo concedo quizá
sólo
a uno y tal vez ni aceptaría-
Hay
personas tan entrañables que sólo por seguirlas
en
su periplo de incógnitas,
merece
la pena ser un cojín
o
un vaso de agua,
por
si algún día
pueden
necesitarte.
¿No has pensado alguna vez eso?
Nená de la Torriente