miércoles, 13 de marzo de 2013


Tenemos dos manos 
poderosas, 
alas sin plumas, 
garras sin garfa 
-como la garra charrúa-, 
azadas sin filo, 
brochas sin pelo ni cerdas 
creadoras de universos 
inimaginables. 
Planeadoras, 
habladoras con signos, 
juguetonas,  sensuales, 
artesanas de la erótica. 
Capaces de rasgar lo más 
fuerte que existe, 
de cavar la tierra 
y de pintar el planeta con millones 
de maravillas. 



Nená de la Torriente