jueves, 28 de marzo de 2013


Tengo que decirte que mi arrendadero 
forjado con buen hierro 
está libre de ataduras, 
y los animales pastan libres en los prados, 
y así quiero que sigan. 
No soy un bufón 
pero si tú me ves así ríete, 
ríete todo, 
me agrada que lo hagas.
A mí siempre me dieron miedo 
los payasos,  y pena,  y pesadilla, 
detrás de esa lágrima extraña. 
Cada pieza de tela es del tacto de los 
dedos que la rozan. 
Tú sólo eres aire,  aire ligero. 
¡Muévete,  muévete mucho, 
y hazte viento juguetón y armonioso! 
No esperes a dejar de ser tras la lluvia.



Nená de la Torriente