domingo, 10 de marzo de 2013


Te tengo la mano cogida, 
como una niña toma la mano 
a su amigo. 
Mi mano de chicle y 
algodón de azúcar, 
que oprime la tuya con cuidado. 
No importa que las manos 
vayan a un parque, 
a una isla misteriosa 
o a la calle a por chapas, 
que se escapen de casa o 
que se queden sin bocadillo. 
Tu mano está en mi mano, 
pegajosas manos de algodón de azúcar 
y no,  no y no, 
no la pienso soltar nunca,
jamás de los jamases. 



Nená de la Torriente