Te
quiero porque…
No
sé porque te quiero,
y
me importa un frito el argumento.
Te
quiero rompiendo toda lógica
existente, esa que me enseñaron
con
tanto empeño, la de que no
se
puede querer lo que aún se desconoce,
pero lo cierto es que te quiero
sin
averiguarte, a ciegas, con las manos
desnudas
palpando otras manos
que mimo como mías.
que mimo como mías.
Dilataciones invisibles
de mis dedos
de mis dedos
que traspasan las puertas anónimas
y las corrientes, con la justa presión
de cualquier yema.
de cualquier yema.
Y además, te
quiero
porque por mucho que haga o deshaga,
intente o combata,
me es imposible
porque por mucho que haga o deshaga,
intente o combata,
me es imposible
dejar
de quererte.
Nená de la Torriente