Todo
era más fácil antes,
cuando
escribías sin más,
sin
tanto análisis.
No
se puede ser esto,
no
se puede ser lo otro.
El
poeta debe sobrevivirse,
reorientarse, protegerse de sí mismo.
Asumo
que de ser una especie en extinción,
deberían proliferar los autores de versos,
así
esta forma de arte
no
desaparecería nunca.
El
ser humano es complejo y la sensibilidad
nos
vive como van crecido las ramas
de
un árbol, haciendo formas,
buscando
la luz a su manera.
¿Quién
poda sus propias ramas
para
permanecer más conveniente,
más
adaptado,
más preciso para dominar
más preciso para dominar
el
sentir?
Nená de la Torriente