domingo, 17 de marzo de 2013

-Domingo17-



El domingo es un arcón. 
Le cubro con una sábana blanca, 
después con una sábana a rayas rojas. 
Me siento en frente e imagino estar dentro 
y que puedo contaros cosas,  muchas cosas, 
con total confianza. 
Le concedo magia, 
porque el día me la concede a mí, 
suena tonto pero escuchadme: 
No sé cuánto dura la magia, 
quiero asegurarme de que dure 
el tiempo que esté dentro. 
Hablo,  descubro mis secretos
como si el mundo entero fuera mi amigo. 
Es agradable. 
Aún así invito a un compañero a pasar, 
busco un antisistema,  me hacen gracia. 
Le digo lo afortunada que soy 
publicando a diario,  logrando que alguien me lea 
a través de esta red tan enorme, 
me contesta que así no llegaré a nada. 
Me sorprendo. 
Le escucho. 
Me dice que necesito tener referentes escritos 
en papel,  editados,  hacerme un nombre. 
No puedo evitar la risa. 
Le pido disculpas y le pregunto: 
¿Pero tú no eres un antisistema? 
Me dice que sí,  pero que las cosas son como son. 
Vuelvo a reír,  vuelvo a disculparme. 
Le explico que mi ambición no es hacerme un nombre 
sino que lean mi poesía, 
por eso publico a diario. 
Me contesta que es una pérdida de tiempo. 
Me sorprende. 
¿Qué tiempo? 
El tuyo,  me dice. 
Su coherencia me resulta desarticulada, 
casi bífida: El autor,  los poemas, 
antisistema,  sistema. 
Le doy un abrazo. 
Hablo. 
No soy una santa,  ni media santina 
pero mis ideas son distintas, 
hago lo que deseo, 
no tengo amo, 
gano lo que quiero ganar. 
El sistema: El mío, 
que el mundo entero lea lo que veo, 
cómo lo veo,  que algún corazón se sienta 
acompañado 
en un deambular vital casi idéntico. 

Así de mágico,  un domingo. 



Nená de la Torriente