jueves, 14 de marzo de 2013


Llegaron a Portinatx 
con sus vaqueros rotos, 
sus chanclas de playa y 
sus tatuajes de henna. 
Cuatro nenas bellas 
de 'yes very well 
y nothing nothing'. 
Chicle y un dulce 
olor a jabón casero. 

Dos minutos justos 
y los vaqueros ¿de viaje? 
Cuatro falditas cortas.

Las chanclas ¿enterradas?
Zapatos de tacón con tachuelas,
entre siete y diez centímetros.

Ya no eran nenas, eran nenonas
kilométricas, que hacían sombra
a las largas palmeras.

Los tatuajes cubiertos por bellas toreras.

El jabón voló por Amichi.

Lo único que quedó fue
el indesgastable
e inalterable chicle
de
sabor
a
fresa.



Nená de la Torriente