No
sé lo que lo que necesitas,
entiéndeme, siento no ser tu hada
madrina, pero he agotado los cupones
de
varita lumínica, y la magia
me
ha abandonado.
Ya
no salvo.
Me
es literalmente imposible.
He
ejercido demasiado de salvavidas
y
todo pasa factura:
Poso
mi mano y no sano, nada,
no
hay nada que pueda hacer.
No
me necesites,
créeme, yo ya no te sirvo.
Nená de la Torriente