lunes, 11 de marzo de 2013


Temo mucho que a esta entrada 
flagrante de bobainas sin boina 
se vayan sumando otros mequetrefes 
de las mismas costuras, 
que se ordenen al verso, 
a la pintura, 
a la escultura y 
¡horror! a la arquitectura, 
donde terminarán viviendo  miles de seres 
que fenecerán entre sus losas. 
Comenzarán dando discursos, 
les escucharán otros de su misma materia, 
se multiplicarán en estructuras, 
en recursos, 
en mecanismos espontáneos, 
y terminemos en un país de mentecatos 
comiendo mantecados con chorizo,
y bebiendo el zumo de la mora. 
¿Sabe usted cuántas moras hay que exprimir 
para rellenar con su zumo una copa? 



Nená de la Torriente