sábado, 19 de mayo de 2012

GRACIAS, POETA


Esa intensidad con la que escribes, 
nunca mundana,  ni perversa, 
inmensa, 
como una detonación inviable 
con materiales desconocidos. 
Esa intensidad me ciñe a un mundo 
posible, 
de imposible excelsitud. 
Un espacio sin aire 
de escaleras cuesta arriba 
que va mudando a un ser extraño,
humano-divino-humano, 
terminante,  impreciso,  exquisito, 
nada demente,  con el que mueres 
sabiendo que vives por primera vez, 
y del que todo sientes verdadero. 
Esa intensidad con la que escribes, 
me muerde,  araña mis arterias, 
órganos,  tejidos,  glóbulos rojos, 
pulmones heridos,  garganta, 
eriza mi organismo como si la gravedad 
estuviera invertida, 
y el origen del mundo 
comenzara a sobrevenir por sorpresa. 
Esa intensidad con la que escribes, 
es el misterio de lo que sólo se presiente, 
de lo que maravilla, 
de lo que enloquece, 
de lo que hace que metas cien y mil veces 
el dedo en un delicioso pastel.


-Nunca podré escribir así-


Nená de la Torriente

2 comentarios:

  1. El inicio del poema tuyo en esta entrada es muy certero con los verdaderos poetas. A ellos les tenemos que estar muy agradecidos.

    Tu persistencia es infalible, Není.

    Besucos.

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  2. Sí Tempero, hay poemas que si no los agradeces sería un pecado, y de los gordos.
    Besucos,

    Není

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