domingo, 29 de abril de 2012


Seamos sinceros,  
sería insufrible soportar a un ser 
perfecto. 
Perfectos sus gestos, 
perfecta su mente, 
ordenada su vida hasta el extremo. 
¿Cómo hablarle desde nuestra 
condición a medias? 



Medio cocida,  vuelta y vuelta,  
defectuosa,  a capricho, 
sentenciada,  arbitraria, 
depresiva o inconstante. 
Un derroche de encuentros 
y desencuentros 
para acercarnos a un ser cuya pega 
es no parecerse a los demás. 
Y me pregunto: 
¿Si es cierto que el hombre 
es un animal social por naturaleza, 
podría un ser perfecto 
en esa incomunicación 
sentir soledad? 





Nená

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Háblame