Hay personas
que con su pequeña parcela de poder
son capaces de ejercer un mal
calculable.
Así profesores, políticos, ex amigos,
ex amantes, rencorosos, envidiosos,
mal avenidos, egoístas, e incluso jefezuelos
de quinta fila con frente estrecha.
Ese poder les gusta.
Reaviva su sangre como una inyección
de proteína en vena.
¡OH, cuándo se han visto en otra!
Pequeños necios como enanitos sin
su Blancanieves,
¿quién les va a endulzar el corazón?
Seamos ‘comprensivos’,
podemos alargar el pié y pisarlos sin compasión,
pero recordemos la cara de placer
cada vez que se insuflan esa inyección
de proteínas.
No
tienen
nada
más.
Nená
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