jueves, 26 de abril de 2012


La vida no es 
un puñado de letras, 
ni siquiera un recuento 
de amaneceres, 
tampoco un ‘yo luché 
por tantas causas’, 
o 'dejé mi nombre en algunos 
libros', 
ni 'mi apellidos en varios hijos'. 
La vida es prepararse 
para que cuando tengas que irte 
puedas sin ninguna duda 
sonreír y decir: 

Qué feliz he sido, 
y qué bien me lo he pasado. 
Ha sido maravilloso y 
he disfrutado cada minuto 
como si fuera el último. 

Pero si prefieres vivir pensando 
que la vida es para dejar una impronta, 
para trascender, 
para dejar un sello, 
para que no te olviden, 
para ser compromiso y causa,  piensa, 
qué mayor enseñanza puedes dejar 
que la de ser un tipo normal 
-que ya es anormal de suyo-, 
que quiso ser feliz y murió sonriendo. 






Nená

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