jueves, 26 de abril de 2012



Bebe Madrid el agua del cielo 
a sorbos grandes. 
‘¡Dame más grita algún tejado!’





Los pájaros sobrevuelan 
redondos colores, 
que antes eran más pequeños 
y tenían cabello. 
Se ríen de los seres humanos, 
de la cantidad de cabezas 
que pueden ponerse. 
Llueve,  pero sólo amenaza, 
como el matón que saca pecho 
y luego se encoge. 
Pero siempre quedan esas gotonas 
que te esperan en las cornisas 
para caer justo cuando pasas, 
y bajar rodando por tu nariz, 
por tu barbilla,  por tu ropa, 
y piensas en la hoja de ese árbol 
que ha sido bañada  por la lluvia, 
limpia de polvo y de mancha, 
y te provoca la sonrisa un buen rato. 
Bebe Madrid el agua del cielo 
y pide más, más, más, 
como quien reclama limosna. 





Nená

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