Diferido parece el espacio
entre tu boca y esa fila de butacas,
y ese sonido de palmas
que como ecos llegaron a ti.
Eso es lo que vi.
Tembloroso el pecho,
descolocadas las palabras,
pero mucho más anárquicos los ojos
del divulgado que te encontraste,
que no aplaudían lo que realmente
sí valía la pena.
Eso es lo que vi.
Mucho gesto vano,
pretensión desmedida,
bajos de pantalón demasiado cortos
con calcetines a cuadros,
nada entrañable, ni cálido.
Eso es lo que vi.
Lo más natural, la sonrisa
de
una
camarera,
y
una
planta
de
plástico.
Eso es lo que yo vi.
Nená
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