domingo, 1 de abril de 2012

Entrad en mi laberinto 
tú y tú y el que está detrás, 
jugaremos a quemar esquinas, 
habrá más luz que nunca. 
Yo me encargaré del humo 
para que podamos respirar. 



El que encuentre algo de interés 
se lo queda, 
aunque dudo que haya fortuna. 
Será divertido 
recorrer pasillos complejos, 
llenos de complejos recuerdos, 
tan descoloridos, 
que será difícil saber 
si están o ya no están. 
En el mismo centro 
os enseñaré mi fontana, 
el parque donde perdí mis rodillas, 
los maizales, 
el aroma del pelo de las panojas 
y algún baile de gitana, 
con un par de punta y tacón. 
Después todo es oscuro, 
esas esquinas lo matan, 
pero quemarlas traerá la luz 
más atildada, 
y el juego más evocador. 






Nená

2 comentarios:

  1. El humo, NenÍ, si la lumbre (apúntate esta palabra cálida, aunque de sobra sé que la sabes)tira bien no hace falta que te encargues del humo, que luego vas a oler a leño (aunque se que eso nada te importa).

    Os enseñaré mi fontana,
    el parque donde perdí las rodillas.

    Que hermosura de versos, quien no se ha rozado y se ha dejado la piel tiene poca infancia.

    Besucos.

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  2. Cuando era más joven, siempre decían que el humo iba hacia los tontos, y me pusiera donde me pusiera alrededor de la hoguera, era como un cañón blanco apuntándome en plena cara -por eso escribí que ya me encargaría de ella-

    Yo todavía me acuerdo de aquellas costras enormes en las rodillas de las caídas y recaídas en todas partes.
    Un abrazuco,

    Není

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