jueves, 12 de abril de 2012




Concíbeme tú,  desconocido, 
limita estas cien siluetas, 
que yo ya no sé si voy o vuelvo, 
si renazco,  o me precipito. 
En los ojos azucenas, 
troquel de ámbar en el juicio. 

Llévame contigo. 
Llévame contigo. 




Ignoraré el columpio que me arroja, 
también el hórreo, 
que nunca fue mío 
pero contiene y perfuma mis  cuitas. 

Negaré mi razón demente 
que se voltea en duras reyertas, 
las palabras sin música, 
los verbos que no abracen, 
las manos vacías. 
Concíbeme tú,  desconocido. 





Nená

2 comentarios:

  1. En los ojos azucenas,
    troquel de ámbar en el juicio.

    Dos versos de una sonoridad fabulosa. Sí, ya se, porque me lo dijo un pajarito, que tu poesía es una continua lección. Yo desde luego soy un alumno aplicado. Pero aparte de eso, tus poemas a veces despliegan lo poético.

    Ya verás cuando me conozcas, Není, lo poco juicioso que soy, aunque tenga los ojos de ámbar.

    Besucos.

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  2. Agradezco lo que dices Tempero, pero no doy lecciones, lo que ocurre es que soy una charlas y eso me hace 'boca-buzón', que sin pensar llega a los dedos.
    La alumna siempre soy yo, de todo, de todos.
    Besucos,

    Není

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