El aluvión de mariposas,
como una ola de colores,
no supe detenerlo.
Vino por detrás
me atravesó el cuerpo,
cubrió mis brazos
y cerré los ojos.
Los seres alados
siempre me han dado fobia.
¡Era suya!
¡Dios bendito!
Atrapada en ese aleteo
y sin poder ver aquel
extraordinario colorido.
¡Lo que daría por verlo!
Pero no puedo.
No puedo.
No
puedo.
Agité los brazos,
y una nube de colores
se diluyó en el cielo.
¡Torpe! me grité,
y pateé en el suelo.
-Las fobias son limitaciones
que tenemos que hacer desaparecer-
Nená
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