que no soy más que arena,
que sabe girar alrededor tuyo,
colarme entre tus cosas,
saltar cada vez que hables.
De qué modo decirte,
que el valor de mis diminutos
granos, es el movimiento
que tú le imprimas.
De qué manera confesarte,
que no voy a abandonarte
no tengas miedo.
Podré caer a tu suelo
y quedarme presa en la huella
de tu zapato,
regresar a tu suelo, después
a tu zapatilla, alguna vez
a tu pié desnudo
y treparé, despacio, sin prisa.
No sabrías desalojarme,
y no podría incomodarte,
mi diminuto grano es imperceptible,
no hiero, pero acompaño.
De qué modo contarte
que siempre voy a estar ahí.
Nená
NenÍ, casi ese dibujo se parece a la comunidad de Madrid.
ResponderEliminarGranívora....
Un besucazo.
Pues no me había fijado pero tienes toda la razón.
ResponderEliminarÑam,
Není