Estaban
ahí,
en
alguna parte.
Todas
las razas reunidas
riéndose
de nosotros.
Bajo
el mismo cielo y arrinconando
vanidades, nunca un codo con codo,
nunca
un beso con beso,
sin
ayudarnos,
Y
ellos allí arriba mirándonos,
pensando
lo torpes que somos,
cuero
y hueso, baba bajo carmín,
necios.
Siempre
hay que morir para poner una señal.
¿Cuántas
veces lo habremos dicho?
Bajo
este magnífico cielo,
bajo
este suelo con un futuro dudoso,
no
más pancartas, no más palabras,
no
más gritos.
Tu
vecino, el del coche de al lado,
el
panadero, volvamos al trueque,
o
al porque sí.
¿Tú
qué necesitas?
Yo
eso lo tengo.
Nená
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame