Mi tía Carmen dice
que no hago versos,
y es verdad.
Es como el que abre la boca
y sopla,
descuidando el movimiento
de los labios.
No cuido las formas, la métrica,
las estrofas, a la sílaba
la doy la voltereta y aún sonrío.
Ese arte de las sumas y restas
y tiro porque me toca, es delicado
y complejo.
Quería contar tantas cosas
que fue un corsé que abandoné,
-como los brackets que dificultan
la fluidez de las palabras-
Entonces esto ya no era poesía
¿pero qué era?
¿Pensaciertos?
Claudiqué.
Si yo veo agua encima de la línea
del horizonte
donde sólo hay cielo,
y orientales bailarinas
en las irisaciones del sol,
y el mar me parece una alfombra
llena de pañuelos blancos,
¿cómo van a ser pensaciertos?
Entonces son locuras,
locuras escritas de una forma extraña.
Tendré que seguir pensando
sobre esto.
Nená
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