No tengas cansancio,
yo estoy aquí y puedo dejar
de estarlo,
soy como una mancha en la blusa,
que cae
y puede limpiarse.
Podía ser o no ser, y fui,
si hubiese tenido que ser porque sí,
sería un ser imprescindible.
¿Me entiendes ahora Esther?
Tú ahora crees que Miguel
es un ser necesario
que nació para ti.
Pero lo cierto es que no es así.
¿Qué me dirías si te contara
que en ese autobús que acaba
de pasar,
iba sentado un muchacho
que se casará contigo?
Le amarás con locura,
y él a ti.
La necesidad humana es
un bocado de Adán mordido
que se oxida con el tiempo,
y lo giras para darle un mordisco
por el otro extremo,
siempre que no quieras
escoger otra fruta.
Nená
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