martes, 17 de abril de 2012


Debajo de la hierba 
vive el milagro, 
ausente de nuestros pies descalzos, 
de la sonrisa de ella, 
de las rayas de su descolorida 
toalla y de su sombrero. 
Debajo del avellano 
vive el milagro, 
sin conocer tu nombre ni el mío, 
y tú trepas a sus alargadas quimas, 
y yo me chivo a mamá riendo. 
Debajo del ciruelo 
vive el milagro, 
donde las hojas se nos caen en el pelo 
y nunca miramos al suelo, 
reímos,  reímos hasta caernos 
o hasta que llega el trueno. 
Debajo del maizal 
vive el milagro, 
y yo me escondo entre el maíz 
apartando las panojas con cuidado, 
tú nunca me encuentras, 
yo nunca te encuentro, 
y la tierra batida 
nos guarda el secreto. 






Nená

2 comentarios:

  1. No se tú, bueno, sí se tú, pero yo estoy alistado a la tierra.

    Besucos.

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  2. Eso es verdad, pero tu compromiso con la tierra es mayor y te envidio, porque para ello tienes muchas más destrezas, y la conoces mucho mejor.
    Besucos,

    Není

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