lunes, 2 de abril de 2012


A ratos pierdes la fe
no por inconstante,
porque ya has vivido mucho
y el cariño es un coitus interruptus
cuando no apetece un sábado.
Yo te doy tú me das,
así funciona todo,
un vasto mercado de intereses
prácticos,
hasta el altruismo es cuestionado
por el placer que proporciona
al que se ha dado,
una lástima de perspectiva.







Uno sigue una estela dorada 
sin pecado,  sin santidad, 
tan natural como el beso con babas 
de un niño, 
y siempre hay alguien que te toca 
el hombro y te dice, 
‘baja al suelo pringada’, 
pero yo sorda,  ciega,  muda 
o impedida,  ignoro 
al que tan hábil maneja las verdades, 
que no es más feliz 
el que se cree integrado 
en toda esta gran caca de la vaca, 
que el que aún cree ciegamente 
en el ser humano.  






Nená

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