A ratos pierdes la fe
no por inconstante,
porque ya has vivido mucho
y el cariño es un coitus interruptus
cuando no apetece un sábado.
Yo te doy tú me das,
así funciona todo,
un vasto mercado de intereses
prácticos,
hasta el altruismo es cuestionado
por el placer que proporciona
al que se ha dado,
una lástima de perspectiva.
Uno sigue una estela dorada
sin pecado, sin santidad,
tan natural como el beso con babas
de un niño,
y siempre hay alguien que te toca
el hombro y te dice,
‘baja al suelo pringada’,
pero yo sorda, ciega, muda
o impedida, ignoro
al que tan hábil maneja las verdades,
que no es más feliz
el que se cree integrado
en toda esta gran caca de la vaca,
que el que aún cree ciegamente
en el ser humano.
Nená
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