sábado, 29 de diciembre de 2012


Ya puestos a explorar querencias 
indago por tu aire vecino 
no por tu presencia, 
no vayas a pensar que cuando 
golpeo tu puerta con mis débiles 
nudillos,  llamo al espacio que ocupas. 




Esa opacidad es tuya o de tus ligados 
litorales,  que ya luchan ellos por tenerte 
en el recorrido que proyectas. 
No,  no,  yo no quiero tu movimiento 
ni tu lastre,  eso es cosa 
del primero que te halló y al primero 
que dijiste acepto,  o del segundo, 
o tercero,  o cuarto. 
Yo ausculto tu aliento cuando estoy vencida 
como si éste tuviera imanes 
para este pulmón lesionado, 
aire galeno que podrá sanarme 
con un par de versos. 
Y me gusta esa distancia perfecta 
que nos mantiene in- comunicados. 
Es otra forma de querencia. 



Nená de la Torriente